Los investigadores creen que el tiburón desarrolló su mandíbula giratoria para adaptarse al crecimiento de los dientes.
Un tiburón con una habilidad especial
Los científicos han descubierto los restos de un tiburón prehistórico que una vez acechaba en las aguas de lo que hoy es Marruecos. Un nuevo estudio sobre los fósiles de tiburón sugiere que poseía la aterradora capacidad de rotar su mandíbula, donde una fila oculta de dientes afilados sobresalía hacia afuera cuando su boca se abría para alimentarse.
Según Live Science, este tiburón prehistórico llamado Ferromirum oukherbouchidates vivió hace 370 millones de años. Era un depredador feroz del océano con un cuerpo ágil y delgado que medía aproximadamente 33 centímetros de largo. Tenía un hocico corto y triangular con ojos inusualmente grandes, con órbitas que ocupaban alrededor del 30% de la longitud total de su caja cerebral.
¿Cómo eran los dientes de este tiburón?
En un estudio de noviembre de 2020 publicado en la revista Communications Biology, los investigadores examinaron el cráneo y la mandíbula del tiburón prehistórico mediante tomografía computarizada de rayos X (TC) y luego crearon un modelo 3D para realizar pruebas físicas. Encontraron algunas cosas interesantes en su estudio.
Los tiburones modernos pierden fácilmente cualquier diente desgastado por su poderosa mordida y rápidamente les crece un nuevo diente en su lugar. Pero las mandíbulas de los tiburones prehistóricos eran completamente diferentes. Siempre que el tiburón prehistórico perdía uno de sus dientes, un nuevo diente brotaba en una fila en el interior de la mandíbula, junto a los dientes más viejos. Su nuevo diente no creció hacia arriba, sino que se curvó hacia la lengua del tiburón, esencialmente aplanando su fila de dientes cuando su boca estaba cerrada.
Cuando un tiburón prehistórico abrió la boca, el cartílago en la parte posterior de la mandíbula se dobló, lo que provocó que el lado de la mandíbula se «doblara» hacia abajo, mientras que los dientes más nuevos se doblaban hacia arriba. Esto permitió a los tiburones prehistóricos usar tantos dientes como fuera posible para morder a sus presas.
Cuando las mandíbulas del tiburón se vuelven a cerrar, la fuerza de las mandíbulas empuja el mar y la presa hacia la garganta, mientras que al mismo tiempo, sus afilados dientes nuevos giran hacia adentro para capturar a la presa. Este terrible método de alimentación se le conoce como alimentación por succión.
El notable movimiento del patrón de la mandíbula, escribieron los científicos, no se parecía a nada que se haya encontrado en ningún pez vivo hasta la fecha. Una especie de tiburón vivo que tiene una función de mandíbula igualmente impactante es el tiburón duende, que puede expandir y retraer su mandíbula para lanzarse sobre presas desprevenidas. Pero la peculiar habilidad del tiburón duende todavía no sería rival para el feroz comportamiento de alimentación de los Ferromirum oukherbouchidates. Este nuevo estudio también podría ayudar a los científicos a comprender cómo esta combinación especializada de movimiento de la mandíbula y colocación de los dientes se distribuyó en el árbol genealógico de los tiburones y descubrir cómo evolucionaron los grupos de dientes entre las especies modernas de tiburones.