¡Feliz año! aunque si eres del país Samoa ya es noticia vieja, pero si eres de Samoa americana fuiste el último en recibir el año nuevo. Samoa y Samoa americana están separados por sólo 163 kilómetros siendo prácticamente vecinos, sin embargo, esta distancia ocasiona algunas diferencias entre sus celebraciones del año nuevo y la razón es muy sencilla se debe al uso horario, mejor conocido como zona horaria.
¿Qué son las zonas horarias?
Los husos o zonas horarias son cada una de las 24 áreas en la que se divide el planeta, este se divide en 24 porque son las horas que tarda el planeta en girar alrededor de su eje por lo tanto se establecen 24 husos horarios.
Los valores se establecen de acuerdo al meridiano de Greenwich (Inglaterra), si vamos de este-oeste le restamos una hora y si vamos de oeste a este le sumamos una hora. En teoría cada franja debería estar dividida en línea recta cada 15 grados, pero debido a fronteras políticas éstas adoptan líneas irregulares. Estas divisiones existen para juntar a una región bajo una misma hora para facilitar principalmente el intercambio comercial.
Historia de el huso horario
Antes de 1840, varios pueblos tenían su propia hora y eso era un gran desastre económicamente hablando. Se empezó a notar cuando el tren se hizo el medio favorito del público para viajar ya que era necesario sincronizar los horarios de salida y de llegada de los trenes, para que los usuarios y trabajadores pudieran hacer buen uso del transporte. Así fue como la Great Western Railway pudo establecer el primer uso horario universal en 1840 el cual tardó 40 años en ser verdaderamente universal y ser aceptado por todo el mundo.
Meridiano de Greenwich
A éste se le llamó el «tiempo medio de Greenwich» mejor conocido como «GMT». Sólo tenía un pequeño problema, se basaba en el tiempo solar medio. El reloj más preciso que existía en aquel momento era el movimiento de la tierra alrededor de su eje y alrededor del sol, a partir de ello se definía todo lo relacionado con el tiempo. Una vuelta de la tierra alrededor del sol era un año y una vuelta de la tierra sobre sí misma era un día, que se dividía en 24 horas.
Gracias a esto en 1900 definimos lo que era un segundo, pero poco a poco se fue observando que la tierra no era el mejor reloj, ya que varios factores hacen disminuir su giro con cierta regularidad. Las diferencias no afectan a la vida cotidiana pero sí pueden afectar la precisión de ciertos aparatos electrónicos, por ejemplo: los satélites artificiales, de los cuales dependemos íntimamente.
El reloj atómico
La solución que se encontró esto fue gracias al reloj atómico, que hizo posible medir el tiempo de manera más precisa e independiente de los movimientos de la tierra ya que el giro de la tierra es constante, más no es estable y esta inestabilidad afecta la duración de los días.
Esta nueva manera de medir el tiempo dio origen al tiempo universal coordinado o mejor conocido como UTC. esta norma es lo que usamos para coordinarnos y vivir en sincronía, siendo lo más cercano a lo que hemos llegado en trabajar juntos.