Todos hemos experimentado alguna vez el amor, sentir un gran deseo por alguien o algo, no dejar de pensar en esa persona que tanto te apasiona. Pero… ¿Qué es realmente el amor?
¿El amor es un sentimiento?
En cierta manera se puede entender que si, aunque dependiendo de algunas culturas esto podría variar e interpretarse de modos distintos el amor que sientes.
Los griegos distinguían cinco tipos de amor: Agape, el amor puro del alma. Amor espiritual. Philia, el amor por los amigos y compañeros. Storge, el amor natural que sienten los padres por sus hijos. Xenia, la hospitalidad y la compasión por los extraños. Y Eros, el amor apasionado y sensual. El enamoramiento.
¿Por qué la gente se enamora?
Sin amor no existiría la humanidad. El enamoramiento tiene una función evolutiva. Gracias a él las personas y animales se unen y pueden tener y criar descendencia. La gente se siente atraída por esa persona que le proporciona o cree que puede darle felicidad, pero este término puede ser difícil de definir también. La felicidad de una persona es muy relativa, no obstante, generalmente las personas se suelen enamorar de las personas más atractivas, también la personalidad es un punto importante. Las personas se pueden decantar por personas inteligentes, aventureras, amables o con un pensamiento similar.
Según el psicoanalista Jaques Lacan dice que “amar es dar lo que no tenemos”. Buscamos a alguien que sea capaz de amarnos con todo y nuestras carencias. Cuando encontramos a alguien que, por esa razón misteriosa, detona el enamoramiento, se desencadena una cascada de químicos, que inundan nuestro cerebro y el sistema nervioso.
¿Cómo la gente se enamora?
Primero el neurotransmisor norepinefrina hace que las glándulas suprarrenales produzcan adrenalina, lo que hace que te pongas nervioso, se te agite el corazón. El hipotálamo libera dopamina, que te da un “subidón” de placer similar al de la cocaína. Al activar el centro de recompensas de tu cerebro, te hace querer volver a ver a ver al sujeto de tu afecto una y otra vez.
Si bajan los niveles de serotonina te causa una insatisfacción similar a la que experimentan las personas con síndrome obsesivo-compulsivo: piensas en él o ella todo el día. Si por fin tu amor es aceptado, el placer que se genera hace que el hipotálamo libere oxitocina, sustancia que en los mamíferos refuerza el apego que sentimos por alguien.