El tiempo que necesita la luna para orbitar sobre su eje es exactamente el mismo que el tiempo para orbitar la tierra, unos 27 días, es decir, que sus movimientos de rotación y traslación están sincronizados. Por lo que siempre vemos el mismo hemisferio de la luna. Este es un fenómeno llamado acoplamiento por gravedad.
¿Cómo explica que su rotación impida ver la otra cara?
Si la Luna NO girase sobre su propio eje entonces podríamos ver la otra cara de la Luna, pero no es el caso. La Luna si gira, lo hace de forma sincronizada con la Tierra, aunque si rotase a diferentes velocidades también se podría ver la otra cara de la Luna. Pero su rotación es lenta, tarda 27 días en dar una vuelta sobre su propio eje. Y esto es lo que hace una casi perfecta sincronización con la Tierra e impida ver la otra cara de la Luna.
En el siguiente ejemplo se puede ver la diferencia entre una rotación sincronizada y una Luna que no rota:
No obstante, no es cierto que sólo se vea un 50% de la Luna, realmente se puede ver el 59% de su superficie desde la Tierra. Pero esto se puede apreciar si estamos en un momento determinado y en diferentes puntos de la Tierra. La luna está inclinada 6,5 ° con respecto a su plano orbital. Por tanto, desde la tierra, podemos apreciar el grado de cambio de norte a sur.
¿Puede cambiar su velocidad o rotación la Luna?
Este no siempre fue así. Según los expertos hace 4.500 millones de años, la luna recién formada orbitaba la Tierra a menos de una décima parte de la distancia actual, y los dos cuerpos celestes giraban mucho más rápido. De hecho, la luna gira más rápido de lo que necesita para completar su órbita, por lo que no siempre se enfrenta a la misma tierra. Con el tiempo, la interacción gravitacional ha ido equilibrando el sistema, alejando la luna de la tierra y ralentizando la rotación de ambos, y este proceso continúa. Este es un fenómeno común que ocurre en la mayoría de las grandes lunas de otros planetas.
¿Cómo es la otra cara de la Luna?
Llama mucho la atención como la cara no visible está llena de cráteres debido a numerosos impactos al estar más expuesta al espacio. Esta otra cara fue fotografiada por una sonda soviética en el año 1959.