Mosquitos, chinches, garrapatas, pulgas y alrededor de 14.000 insectos más se alimentan de sangre, pero solo de 400 a 300 de ellos quieren sangre humana. Obviamente esto no es exclusivo de ciertos insectos también otros animales como: el sinsonte de española. el murciélago vampiro y las sanguijuelas; disfrutan de una buena bebida de sangre ocasionalmente.
¿Qué tienen en común este tipo de animales?
La hematofagia es el hábito de alimentarse de sangre lo cual es considerado una forma de ‘parasitismo’. Todos los animales hematófagos comparten las características de poseer un aparato bucal capaz de romper la piel, tener fluidos que permitan la anticoagulación de la sangre, analgésicos para entumir la piel y evitarse descubiertos y por último cuentan con un sentido del olfato muy desarrollado para detectar en donde se encuentra su futura víctima.
¿Por qué se alimentan de sangre?
En los organismos vertebrados la sangre es la encargada de llevar nutrientes, limpiar y oxigenar cada órgano para que funcionen de manera correcta. Gracias a los glóbulos rojos nuestro cuerpo puede limpiar el dióxido de carbono que se acumula y regular el pH. Esto es debido a que los glóbulos rojos cuentan con una proteína llamada «hemoglobina«, sin esta proteína se nos complicaría la existencia.
En ciertos invertebrados como los artrópodos y los moluscos, no existe la sangre tal y como la conocemos. Ellos cuentan con un líquido circulatorio llamado «hemolinfa». El cual viene siendo su versión de la sangre, este desempeña las funciones esenciales para el organismo; fundamentalmente el transporte de nutrientes, la coagulación y la defensa ante infecciones.
El sistema circulatorio de los insectos
El sistema circulatorio de los insectos es un sistema abierto, lo cual significa que este líquido no está permanentemente en el interior, como ocurre con nuestra sangre. La composición de este líquido varía bastante entre una especie y otra debido a la dieta. Por eso mismo este líquido puede ser de distintos colores como verde, rojo, naranja, amarillo y en casos muy especiales no tiene color.
La «hemolinfa» no contiene «hemoglobina» aquí el oxígeno es transportado por una proteína llamada «hemocianina», que es equivalente a la «hemoglobina» solo que el transporte de oxígeno no es tan eficiente. Los insectos no respiran por la nariz o por la boca, ellos tienen un sistema traqueal que está constituido por una gran red de tubos microscópicos llamados «tráqueas». El aire entra y recorre los tejidos del organismo permitiendo que éstos incorporen el oxígeno y expulsen el dióxido de carbono. Los orificios por los cuales se expulsa el dióxido de carbono suelen situarse a los costados del cuerpo. Por lo cual los insectos respiran a través de su tórax y abdomen.
He aquí por qué la hematofagia puede ser obligatoria u opcional en los insectos. A la mayoría el «hemolinfa» les funciona perfectamente bien pero no a todos se les hace suficiente para conseguir los nutrientes que requieren para crecer a su etapa adulta. Comúnmente la hembra de la especie es hematófaga debido a que requieren una gran cantidad de nutrientes para poder reproducirse, mientras tanto otros pueden alimentarse de jugo de frutas y cualquier otro fluido biológico.