En los últimos siete días que precedieron a su muerte, Luang Pho Daeng dejó de comer y beber, lo que deshidrató su cuerpo para preservarlo tras su muerte.
Historia de Luang Pho Daeng
Cuando uno entra en el templo de Wat Khunaram, en Tailandia, le recibe un rostro sonriente con gafas de sol, pero no es la cara de un guía turístico. Es el rostro congelado de Luang Pho Daeng, un monje que murió hace más de 40 años.
Luang Pho Daeng fue un hombre que creció en Tailandia a principios del siglo pasado. Estuvo brevemente interesado en hacerse monje a los 20 años, pero decidió no seguir ese camino cuando conoció a una hermosa joven y se casó.
Crió a seis hijos con su mujer y, cuando llegó a los 50 años y sus hijos ya eran mayores, decidió seguir su ambición de la infancia y convertirse en monje budista. Comenzó a estudiar vorazmente los textos budistas y la meditación y rápidamente se convirtió en un monje erudito y respetado. Fue brevemente abad de un templo en el sur de Tailandia, antes de volver a enseñar en el templo cercano a su casa familiar: Wat Khunaram.
¿Por qué se mantiene así?
Cuando tenía 79 años y enseñaba en Wat Khunaram, llamó a sus alumnos a su habitación y les dijo que sentía que su muerte era inminente. En caso de que su cuerpo no se descompusiera, declaró que le gustaría permanecer en el templo y ser colocado en una exposición vertical como símbolo para inspirar a las futuras generaciones a seguir las enseñanzas budistas y salvarse del sufrimiento.
Esta afirmación resultaría profética cuando murió dos meses después. De acuerdo con la práctica budista de la automumificación, Daeng se aseguró de que su cuerpo se preparara para su conservación antes de morir.
Esta práctica budista, que se cree que se originó en el norte de Japón, consiste en que los monjes reduzcan lentamente lo que comen y beben antes de morir de inanición. La práctica pretende mostrar un intenso rechazo a todos los placeres y necesidades humanas, y se cree que muestra una forma elevada de iluminación.
La reducción de la grasa corporal del sujeto, así como la deshidratación del cuerpo, dan como resultado un cadáver conservado y momificado. En los últimos siete días que precedieron a su muerte, Daeng dejó de comer y beber, y se centró por completo en la meditación. Se le encontró muerto mientras seguía meditando en la posición del loto.
Aunque su deshidratación conservó gran parte de la piel y los órganos internos del cuerpo, los ojos de su cadáver cayeron en la parte posterior del cráneo. Por esta razón, los monjes le colocaron unas gafas de sol en la cara, ocultando sus horribles cuencas oculares.
