El desierto de Atacama es el lugar no polar más árido de la Tierra, y aún así mucha gente luchaba por vivir en aquel lugar. Algunos de los peligros más formidables eran las propias personas.
Uno de los lugares más violentos en el pasado
Tras analizar los restos humanos de algunos de los habitantes del desierto de Atacama hace 3.000 años, podemos hacernos a la idea de la agresividad que se vivía por la zona.
Mucho más allá de la dificultad de cultivar en este lugar extremadamente árido, las tensiones sociales en una época de transformación social y cultural llevaron a dramáticos enfrentamientos y violencia, cuyo legado todavía puede verse claramente en los esqueletos hoy en día.
En ese desierto la agricultura estaba restringida y confinada a las terrazas de los valles, las quebradas y los oasis, con estas bolsas de tierra separadas por extensas pampas interfluviales estériles que dominaban el paisaje. Lejos de la costa fértil, alejarse de estos oasis productivos significaba enfrentarse a paisajes estériles sin agua ni recursos para la subsistencia…
Los investigadores evaluaron los restos de 194 individuos adultos enterrados en antiguos cementerios del desértico Valle de Azapa, que en su día fue uno de los valles más ricos y fértiles del norte de Chile.
A pesar de la extrema sequedad del lugar los esqueletos aún se conservan bastante bien, incluso algunos todavía presentan pelo y tejidos blandos. Y las fuertes heridas dejadas por otros lugareños son también muy apreciables.
De los 194 individuos adultos estudiados, el 21% (40) presentaba un traumatismo compatible con la violencia interpersonal, independientemente del grado de integridad de los cuerpos.
Según los investigadores, muchas de estas marcas de traumatismos de alto impacto habrían sido causadas por acciones deliberadas e intencionadas perpetradas por individuos en contextos de violencia interpersonal, algunas de ellas golpes mortales, asestados bien por un enfrentamiento frontal, bien por un ataque por la espalda.Lo más probable es que se produjeran disputas por los espacios vitales y los recursos, como la tierra y el agua