Existen hermosas formaciones en la naturaleza creadas por ella misma, que son todo un espectáculo para los ojos de cualquier persona, sin embargo, otros paisajes también han sido creados por la intervención del hombre. Este es el caso del cráter de Darvaza, también conocido popularmente como «la puerta del infierno» el cual es especial por dos cosas por: su espectacularidad y su curiosa historia.
¿Qué es el cráter de Darvaza?
Como su nombre lo indica el cráter Darvaza es un cráter de 60 metros de diámetro por 20 de profundidad, situado en el desierto de Karakum (Turkmenistán). En cuyo interior arde un incesante infierno desde hace 35 años. Este pozo alberga un gas natural que junto con el fuego hace que este no se apague nunca.
¿Cómo se originó el cráter de Darvaza?
Aunque no existe confirmación oficial, se cree que en la década de los 70 cuando Turkmenistán aún era parte de la URSS, estos enviaron al desierto de Karakum a un grupo de geólogos para que realizaran diversas prospecciones en busca de petróleo y gas. Así fue, pero no todo fue tan fácil, ya que durante una de esas prospecciones vieron como parte del equipo y sus tiendas era tragado por la tierra.
Habían descubierto una cueva subterránea, la puerta del infierno, la cual está llena de gas natural como comprobaron los integrantes de la expedición enviada por la URRS que quedaron vivos luego de prenderle fuego y que desde entonces arde. Pensaron que en algunos días el fuego se extinguiría pero nunca fue así.
Como vemos el cráter Darvaza es una formación verdaderamente especial no solamente debido a que ofrece un sobrecogedor espectáculo sino también porque es fruto de una combinación entre naturaleza y hombre. La primera creó el pozo con gas y los humanos prendieron el fuego.
Es cierto que la historia hace aguas por todas partes casi no hay datos de lo que supuestamente ocurrió y la verdad todo esto suena como si la gente del pueblo hubiese inventado esa historia para los turistas.
