La cartas de Inga hacia JFK exponían como era la relación entre ellos dos. Todo futuro presidente necesita una futura esposa e Inga Arvad, pero hay un problema, otro hombre en su pasado, Adolf Hitler.
La historia de Inga Arvad, Hitler y JFK
«He tomado la decisión de producir unas cuantas historias (y cuando tenga tiempo unos cuantos bebés), espero que la ilegitimidad se convierta en una moda después de la guerra, ya que sólo conozco a un hombre del que vale la pena reproducir una copia perfecta»
«Acuérdate de guardar esta carta para defenderte contra Inga-Binga en el Tribunal Supremo de los EE.UU. Te veré aquí o allí o en algún lugar del mundo, y será el mejor, o mejor dicho, el segundo mejor momento de mi vida. Lo mejor fue cuando te conocí».
En 1931, una década antes de que se escribiera la carta, había sido la candidata de Dinamarca al concurso de Miss Mundo. Había actuado en algunas películas europeas menores y trabajado como columnista y reportera de guerra.
El hombre al que se dirige se llama John, pero todo el mundo le llama Jack. Es 1942, Estados Unidos está en guerra con Japón y Alemania y él está al mando de un torpedero de patrulla conocido como PT-109. Hay planes para que Jack Kennedy entre en la política y tal vez se presente como candidato a presidente.
Inga Arvad conoce a Hitler
En 1935, Arvad estaba casada con el director de cine húngaro Paul Fejos. Él le había dado el papel principal de una película que había fracasado y ella estaba dispuesta a abandonar la actuación por el periodismo. A través del líder político y militar nazi Hermann Göring, sobre el que había escrito un artículo, fue invitada a una fiesta que daba Hitler. Ella le cautivó con lo que él describió como su «perfecta belleza nórdica».
Hitler le concedió dos, algunos dicen que tres, entrevistas, la invitó a almorzar y los dos fueron fotografiados riendo juntos. Hitler tuvo a Arvad como invitada en su palco privado en los Juegos Olímpicos de Verano de 1936 en Berlín, lo que atrajo la atención de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y alimentó los rumores de que Arvad estaba trabajando para los nazis.
Inga Arvad conoce a JFK
Cuando emigró a Nueva York unos años después, en 1940, Arvad utilizó sus entrevistas y fotos con Hitler para encontrar trabajo en los periódicos estadounidenses. Pero tras la entrada de EEUU a la segunda guerra mundial, esto no le fue muy útil. Pero aún así no demostraba que fuera una espía.
Inga empezó a trabajar en el ‘Washington Times-Herald’. Una de las teorías de que Inga era una espía fue por una periodista del ‘Washington Times-Herald’, Kathleen Kennedy, la hermana menor de Jack. Se desconoce si fue Kathleen quien presentó a Inga a JFK, pero al poco de conocerse empezaron a salir.
Kathleen investigó a Inga y encontró las fotos de ella con Hitler en los JJOO de Berlín. Estas fotos llegaron a Eleanor Patterson, editora del Times-Herald, que dejó claro que Inga no podía trabajar para el periódico.
El FBI no estaba especialmente interesado en una declaración. Ordenaron intervenir en los teléfonos de Inga y más tarde se publicaría una conversación entre Inga y JFK. Uno de los fragmentos captados fue el siguiente:
Kennedy: "He oído que tuviste una gran orgía en Nueva York".
Arvad: "Te lo contaré. Te lo contaré durante todo un fin de semana si quieres oírlo. Mi marido tiene a sus pequeños espías por todas partes".
Los superiores de Kennedy en la Marina, temiendo que Inga estuviera buscando secretos navales, decidieron cortar ellos mismos esos lazos y transfirieron a Kennedy a Carolina del Sur en enero de 1942. Y con eso, la relación terminó.
¿Qué fue de Inga?
Tras cortar la relación con JFK, cuando la guerra llegó a su fin, Inga se comprometió con Robert Boothby, un miembro del Parlamento británico. Luego dejaría esa relación para casarse con el actor Tim McCoy, con quien tuvo dos hijos y vivió el resto de su vida en relativa tranquilidad antes de morir de cáncer en 1973.