Harold Frederick Shipman, más conocidco como Harold Shipman o Doctor Muerte nació el 14 de enero de 1946 en Nottingham, Inglaterra y murió el 13 de enero de 2004 en Wakefield, fue un médico británico y asesino en serie que asesinó a unos 250 de sus pacientes, según una investigación oficial sobre sus crímenes . Los asesinatos de Shipman plantearon inquietantes preguntas sobre los poderes y responsabilidades de la comunidad médica en Gran Bretaña y sobre la idoneidad de los procedimientos para certificar la muerte súbita.
Historia de Harold Shipman
Shipman nació en una familia de clase trabajadora en Manchester. Un niño brillante, que se interesó en la medicina mientras observaba a su madre recibir inyecciones de morfina para aliviar el dolor que sufría mientras moría de cáncer de pulmón. En 1970 recibió el título de médico de la Universidad de Leeds y unos años más tarde se convirtió en médico en Todmorden, Lancashire. En 1975, después de que se descubrió que había recetado varias recetas fraudulentas del opiáceo pethedine, al que se había vuelto adicto, se vio obligado a abandonar su práctica y a la rehabilitación de drogas.
En 1977 Shipman encontró trabajo como médico en la ciudad de Hyde en Greater Manchester, un lugar donde muchos jubilados se iban a retirar, ahí finalmente ganó respetabilidad y desarrolló una práctica próspera. En 1998, una de sus pacientes, una mujer de 81 años, fue descubierta muerta en su casa solo unas horas después de que Shipman la visitara. Su familia estaba perpleja por lo repentino de su muerte (parecía gozar de buena salud), por el hecho de que su testamento había sido modificado para beneficiar a Shipman (le legó toda su propiedad, valorada en unas 400.000 libras esterlinas), y por la insistencia de Shipman de que no era necesaria la autopsia.
Un asesino en serie
En el año 2000 fue declarado culpable de 15 cargos de asesinato y un cargo de falsificación y condenado a cadena perpetua. Shipman se suicidó mientras estaba en prisión, ahorcándose en su celda.
Se ordenó una investigación del gobierno para determinar cuántos pacientes más pudo haber asesinado Shipman; en 2005, un informe oficial encontró que había matado a unas 250 personas a partir de 1971. En la mayoría de los casos, Shipman inyectó a la víctima una dosis letal del analgésico diamorfina y luego firmó un certificado de defunción atribuyendo el incidente a causas naturales.
Sus motivos no estaban claros; algunos especularon que Shipman pudo haber estado buscando vengar la muerte de su madre, mientras que otros sugirieron que pensaba que estaba practicando la eutanasia, alejando de la población a las personas mayores que de otro modo podrían haberse convertido en una carga para el sistema de salud. Una tercera posibilidad que se planteó fue que le complacía saber que, como médico, tenía el poder de la vida o la muerte sobre sus pacientes y que matar era el medio a través del cual expresaba este poder. A pesar de la falsificación de la voluntad de una de sus víctimas, la ganancia económica no parece haber sido un motivo serio.
La pregunta clave que más atormentó a los investigadores fue cómo pudo haber ocurrido una cantidad tan grande de muertes sin levantar sospechas. Esto fue aún más desconcertante porque los pacientes de Shipman normalmente estaban sanos poco antes de sus encuentros con él. El hecho de que Shipman se aprovechara de la confianza de sus pacientes en él como médico hizo que sus crímenes fueran particularmente odiosos para el público.