La costa de Bretaña en Francia se vio cubierta por una gigantesca mancha de petróleo crudo debido a un desastre marítimo. El enorme casco de un barco se partió en dos, liberando al mar aproximadamente 223,000 toneladas de petróleo crudo y causando una gran devastación en la vida marina de la bahía de Portsall.
Cormoranes, gaviotas y frailecillos quedaron envueltos en una capa de líquido negro, llenando la zona de tristeza y desolación. La población local se apresuró a limpiar el petróleo derramado, luchando por proteger el patrimonio de su comunidad, que siempre ha dependido del mar.
La historia del Amoco Cádiz
Este trágico evento ocurrió el 16 de marzo de 1978, y aún después de más de 40 años, sigue siendo una de las peores catástrofes ecológicas en la historia, además de ser la más grave de su tipo en Europa. Este desastre está relacionado con el naufragio del barco gigante llamado «Amoco Cádiz», lo que vincula el nombre de la ciudad y la provincia de Cádiz con un evento trágico que todavía está presente en la memoria colectiva.
El nombre del barco petrolero proviene de su construcción en los astilleros de la ciudad de Cádiz, el 28 de junio de 1973. Fue entregado al propietario, Amoco Tanker Company, un año después y operaba bajo la bandera de Liberia con una tripulación italiana. El barco tenía una longitud de 334 metros, un calado de 19,81 metros y un peso muerto de 230,000 toneladas. Era el tercero de una serie de cuatro barcos construidos en la factoría gaditana.
El Amoco Cádiz partió del Golfo Pérsico con una carga de petróleo con destino a Ámsterdam. Sin embargo, esa fatídica noche del 16 de marzo, mientras se acercaba al Canal de la Mancha, la franja marítima que separa Francia de Gran Bretaña, se enfrentó a una tormenta que causaría una tragedia que marcaría a la región francesa.
Así, Cádiz quedó asociada a una tragedia medioambiental debido a este naufragio, que sigue vivo en la memoria del pueblo francés.
La peor tragedia ecológica de Europa
Una fuerte ola impactó contra la pala del timón, que ya había sido afectada por un servo defectuoso en una serie de eventos desafortunados. Además, la complejidad de remolcar un barco de dimensiones colosales culminó en el encallamiento del Amoco en las rocas, causando su división en dos partes.
Este desafortunado suceso llevó a la liberación de petróleo en esta bahía, un entorno caracterizado por su rica biodiversidad natural y su importancia turística. Tras la impactante visión del crudo llegando a la costa, se registraron alrededor de 20,000 aves marinas muertas y una extensión de 340 kilómetros de costa afectada por la marea negra. Además, todas las actividades económicas tradicionales en Bretaña, como la pesca, la acuicultura de moluscos y el turismo, quedaron en ruina.
Durante el cuadragésimo aniversario de este trágico evento, los medios de comunicación franceses realizaron una cobertura extensiva, organizando conferencias y charlas para analizar las causas y consecuencias de esta catástrofe ambiental. Este evento sensibilizó a la población, que había cerrado los ojos ante el naufragio del Torrey Canyon ocurrido en el mismo Canal, pero en tierras británicas, una década antes (1967).
Además de la toma de conciencia ecológica, se dio inicio a un período que continúa hasta el día de hoy, enfocado en mejorar las condiciones de seguridad y prevenir riesgos, así como en reducir el impacto en caso de que ocurra un accidente similar. «El riesgo cero no existe, por lo tanto, la vigilancia debe mantenerse», subrayó Thierry Duchesne, comisionado general, en La Provence. Emmanuel de Oliveira destacó que «cada año se evitan diez ‘Amoco Cádiz'».
Se han implementado medidas como la eliminación de la utilización de petroleros de casco único, la imposición de requisitos más rigurosos para la potencia de remolcadores y la introducción de nuevos protocolos de rescate y asistencia.
