Lizzie Borden forma parte de la historia de Estados Unidos desde 1892, cuando fue acusada de masacrar a sus padres. Desde el momento en que se descubrieron los cadáveres de sus padres, el pueblo quedó conmocionado por un crimen tan brutal y todos querían saber quién lo había cometido. Lizzie fue la principal sospechosa desde el principio.
Lizzie era un objetivo sospechoso para el asesinato porque era una maestra de escuela dominical de una familia adinerada. El padre de Borden era un hombre de negocios muy exitoso, y la familia tenía mucho dinero. Además, Lizzie era una mujer soltera de treinta y pocos años, considerada bastante mayor para la época.
Mucha gente pensaba que Lizzie había asesinado a sus padres porque estaba enfadada con su padre por no darle suficiente dinero. También hubo quien pensó que podría haber tenido una aventura con un hombre inaceptable para su familia.
¿Por qué era difícil ver a Lizzie Borden como la asesina?
La naturaleza de los asesinatos era increíblemente brutal, y Lizzie no parecía la principal responsable. Los Borden fueron asesinados con un hacha, y habría hecho falta mucha fuerza para hacer eso. Lizzie también era conocida por ser una persona muy tímida.
Lizzie fue detenida y acusada de los asesinatos, lo que resultó difícil. La policía luchó por encontrar sospechosos en el caso, y la historia de Lizzie fue cambiando a lo largo de la investigación. Admitió el asesinato y finalmente fue absuelta del crimen.
El día de los asesinatos
El 4 de agosto de 1892, Andrew y Abby Borden se despertaron y la criada de la familia, Bridget Sullivan, les preparó el desayuno. Lizzie se quedó dormida en el piso de arriba mientras su madre Abby arreglaba la casa y Andrew se iba a la ciudad.
Emma y Lizzie, las dos hijas de los Borden, no querían a su madrastra Abby. Lizzie estaba interesada en mudarse y encontrar su propia casa, pero el padre de los Borden, Andrew, era reacio a que ninguno de sus hijos abandonara el hogar.
Esa mañana, Lizzie le dijo a su padre que planeaba visitar a una amiga en Fall River. Bridget Sullivan, la criada de Borden, escuchó la conversación entre Andrew y Lizzie.
Un poco más tarde, después de que Andrew se hubiera marchado, Abby subió las escaleras hasta la habitación de invitados para arreglarse cuando alguien la siguió escaleras arriba. En aquel caluroso día de agosto, no se la volvería a ver después de subir aquellas escaleras.
Cuando Andrew regresó a casa, recibió una nota de que Abby se había marchado para atender a una amiga enferma. Se instaló en su salón, y la casa estuvo tranquila hasta la tarde, cuando Lizzie Borden llamó a gritos a la criada para decirle que su padre había fallecido.
La criada huyó de la casa en busca del médico, y los gritos procedentes de la casa atrajeron a varios vecinos. Una multitud de curiosos se abrió paso por la fachada de la casa.
Andrew era el único fallecido confirmado en ese momento, ya que Lizzie se mantuvo firme en que su madrastra había ido a visitar a una amiga. Lizzie declaró a la policía que sus padres llevaban varios días enfermos y que sospechaba que la leche de su casa estaba envenenada.
La criada fue a ver a la niña al piso de arriba con la policía y un médico y la encontró tumbada boca abajo en un charco de su propia sangre. La policía determinó que Abby Borden había sido asesinada y Andrew era el segundo.
La investigación policial
La policía no sospechó de Lizzie en ningún momento de la investigación. El comportamiento de Lizzie no se consideró extraño o inusual en los días posteriores a los asesinatos.
Lizzie informó de que su madrastra había desaparecido y parecía muy preocupada. La policía investigaba varias pistas, incluida la posibilidad de que Abby Borden hubiera sido envenenada.
Los informes de la autopsia revelaron que Abby Borden había sido golpeada con un hacha más de quince veces, y Andrew había sufrido un destino similar.
El comportamiento de Lizzie empezó a cambiar a medida que avanzaba la investigación. Pasó de estar muy preocupada por el paradero de su madrastra a decir a la gente que no estaba disgustada por el crimen. Lizzie continuó cambiando su historia, sugiriendo que el hierro utilizado en el asesinato podría encontrarse en el granero.
Lo que era aún más sorprendente es que no había pruebas para acusarla. No tenia sangre en la ropa, no se encontro ningun arma en su poder, y probablemente no tenia la fuerza para completar los asesinatos. El fiscal sugirió que Lizzie había utilizado un disfraz para perpetrar los asesinatos, pero el jurado no se lo creyó y Lizzie Borden fue finalmente absuelta de todos los cargos.
El juicio de Lizzie Borden
El juicio de Borden fue el juicio victoriano de la época. La gente de la época no podía entender que una mujer de clase alta fuera capaz de cometer ese tipo de asesinato. La nación estaba sintonizada con el juicio a través de los periódicos, pero a Lizzie nunca se le pidió que testificara durante el caso. Su única reacción fue ver el cráneo apaleado de su padre y desmayarse.
El juez determinó que era improbable que Lizzie hubiera asesinado a sus padres, ya que no había pruebas de sangre en su ropa. Algunos testigos sugirieron que ella estaba en el granero en el momento del asesinato y que algunas personas extrañas estaban alrededor de la propiedad.
El testimonio que más se acerca a la culpabilidad de Lizzie es el de un farmacéutico que dijo que había ido a por ácido prúsico, que podría haber contaminado la leche y haber enfermado a sus padres. Este testimonio fue finalmente desestimado, sugiriendo que el farmacéutico la había identificado erróneamente.
Reacción a su absolución
El juicio continuó hasta el 19 de junio de 1893, cuando Lizzie fue declarada inocente del asesinato de sus padres. Tras el juicio, heredó el patrimonio junto con su hermana Emma. Las dos vendieron la casa de sus padres y se mudaron a una zona más de moda, donde Lizzie siempre había querido vivir.
Muchos siguieron creyendo que Lizzie era responsable de los asesinatos debido a su necesidad de mudarse rápidamente. Muchos sugirieron que Lizzie podría haber cometido los asesinatos desnuda o que también tenía un cómplice para los asesinatos. Como no aparecieron pruebas, continuó con su vida.
Lizzie conoció a Nance, su pareja de toda la vida, y ambos se mudaron de la casa que compartía con Emma. Falleció en la intimidad con su compañero Nance a los 67 años en 1927. Aún así, casi un siglo después de los asesinatos, la gente debatía sobre quién era el responsable y la consideraba un tema principal.
Pruebas modernas
Las pruebas del rastro resurgieron de nuevo en 2012. Muchos historiadores sostenían desde hacía tiempo que William, el hijo ilegítimo de Andrew, era el responsable del crimen, y que Emma y Lizzie actuaban como tapaderas para hacerse con la herencia. Sin embargo, las pruebas que salieron a la luz en 2012 procedían de su abogado de la Sociedad Histórica de Fall River.
En el diario, su abogado la describió como de sangre fría e insensible y detalló cómo fue durante todo el juicio. Al final de sus entradas, sugería que veía un lado sensible en su cliente y un dolor legítimo por sus seres queridos.
Los diarios mostraron un lado diferente del juicio, pero no revelaron ninguna prueba contundente sobre quién asesinó a los Borden.
Un misterio sin resolver
La leyenda de Lizzie Borden sigue viva. La gente sigue conociendo a Lizzie Borden como una figura mítica.
Hoy en día, el misterio se ha explorado en todo tipo de medios, desde documentales hasta dramas y películas. Incluso hay una rima popular que habla de ella «dando a su madre cuarenta golpes» y «dando a su padre cuarenta y uno».
Aunque resulte difícil imaginar a la verdadera Lizzie Borden cometiendo semejante asesinato, este crimen sigue atormentando a mucha gente hoy en día. Por desgracia, se trata de un misterio que quedará sin resolver sin que aparezcan nuevas pruebas y sin los modernos métodos forenses que utilizaríamos para resolver el mismo tipo de caso hoy en día.