Durante el hackeo de Max Headroom en 1987, las cadenas de televisión de Chicago fueron asaltadas por un hombre enmascarado que sigue desconcertando a las autoridades hasta el día de hoy.
El hackeo de Max Headroom surgió totalmente de la nada. El 22 de noviembre de 1987, el locutor deportivo de Chicago, Dan Roan, estaba cubriendo los aspectos más destacados de la reciente victoria de los Bears sobre los Detroit Lions. Era su espacio habitual durante el segmento «Nine O’Clock News» del Canal 9, que llevaba años haciendo, siempre igual. Esta noche, sin embargo, sería diferente.
¿Qué ocurrió en la transmisión?
A las 9:14, Dan Roan desapareció de la pantalla. De hecho, todo desapareció de la pantalla, ya que se oscureció. Entonces, 15 segundos después, apareció una nueva figura. Vestido con una máscara de goma y con gafas de sol, el misterioso intruso se parecía al personaje televisivo de inteligencia artificial Max Headroom. Incluso el fondo gris detrás de la figura recordaba al fondo simulado que aparecía detrás de Headroom.
Apenas había sonido, pero la imagen seguía siendo aterradora. La figura se balanceaba frente al fondo giratorio mientras sonaba un zumbido.
Al cabo de 30 segundos, los ingenieros de señal de la WGN, que emitía el Canal 9, cambiaron la frecuencia del enlace del estudio a otro transmisor, con lo que Dan Roan volvió a las pantallas de los espectadores.
«Bueno, si se preguntan qué ha pasado», dijo, claramente tan confundido como los espectadores, «…jaja… yo también». Tras la breve interrupción, Roan continuó con su emisión previamente programada.
Los ingenieros del estudio supusieron que el secuestro era un trabajo interno e inmediatamente comenzaron a buscar al intruso enmascarado en el edificio. Sin embargo, su búsqueda fue un fracaso, ya que la emisión resultó ser una pregrabación de un tercero en un lugar distinto.
El Hacker Misterioso vuelve por segunda vez
Dos horas después del primer episodio, el imitador de Max Headroom estaba de vuelta, esta vez en el Canal 11.
A las 23:15, la filial de PBS WWTW emitía un episodio de Doctor Who titulado «El horror de Fang Rock». Entonces, tan repentinamente como antes, el vídeo se cortó.
Aparecieron unas líneas de escaneo, como las del principio de una grabación VHS, seguidas de la conocida figura enmascarada. La figura se balanceaba frente al fondo giratorio como antes, con la misma máscara cubriendo su rostro. Sin embargo, a diferencia de la grabación de las 9:15, ésta tenía audio.
«Eso es», dijo la figura, con la voz distorsionada. «Es un maldito nerd». El personaje se rió entonces. Mencionó a Chuck Swirsky, un experto de la WGN, que decía ser mejor que él.
Luego levantó una lata de Pepsi mientras recitaba el eslogan de Coca-Cola «atrapa la ola». La figura se apartó de la cámara, con el dedo corazón cubierto por una extensión de goma. Cantó «your love is fading», de The Temptations. Tarareó sin ton ni son. Murmuró frases de programas de televisión. Gritó cosas sin sentido y luego empezó a gemir. Al cabo de un momento, hizo una pausa para afirmar que había «hecho una obra maestra gigante para todos los grandes frikis de los periódicos del mundo», refiriéndose a las siglas de la WGN y a su empresa matriz, The Chicago Tribune.
Levantó un guante, como el que popularizó Michael Jackson, y exclamó: «Mi hermano lleva el otro». Luego se lo puso, diciendo: «¡Pero está sucio! Es como si tuviera manchas de sangre».
A continuación, la cámara corta a un plano del torso y las nalgas parcialmente expuestas de un hombre. La máscara de Max Headroom se había quitado y se sostenía ante la cámara. La extensión de goma que había cubierto el dedo del personaje estaba metida dentro de la boca de la máscara. «¡Vienen a por mí!», gritó de repente el hombre.
«Agáchate, perra», respondió una voz femenina. El hombre fue entonces azotado repetidamente con un matamoscas mientras gritaba.
¿Cómo lo hizo el hacker de Max Headroom?
El hackeo de Max Headroom duró un minuto y 22 segundos antes de que los transmisores de señal pudieran apagarlo. Descubrieron que en el momento del incidente no había ingenieros de guardia en la torre de transmisión de la WTTW. Si hubiera habido alguien allí, la señal podría haberse detenido. Sin embargo, cuando se dieron cuenta del error, la transmisión de 90 segundos ya había terminado.
Como no había nadie de guardia durante la transmisión, las únicas copias del hackeo procedían de los fans de Doctor Who que habían estado grabando el episodio en sus videograbadoras. La WGN y la WTTW cubrieron el incidente, emitiendo el vídeo una y otra vez, llamando al autor intelectual del mismo «pirata de vídeos de televisión». A la mayoría de los habitantes de Chicago les divirtió, a algunos les confundió y a otros les molestó que su programa de televisión fuera interrumpido.
Sin embargo, aunque los espectadores encontraron divertido el hackeo de Max Headroom, el gobierno no lo hizo. La FCC, la agencia que regula las ondas, dedicó todos sus esfuerzos a encontrar al misterioso personaje enmascarado, ofreciendo incluso una recompensa a quien tuviera información.
«Me gustaría informar a cualquiera que esté involucrado en este tipo de cosas, que hay una pena máxima de 100.000 dólares, un año de cárcel, o ambas cosas», dijo Phil Bradford, un portavoz de la FCC, a un periodista al día siguiente.
«Con todo, hay quien puede ver esto como algo cómico», dijo el portavoz de la WTTW, Anders Yocom. «Pero es un asunto muy serio porque la interferencia ilegal de una señal de radiodifusión es una violación de la ley federal.»
Como se hizo el hackeo
Finalmente, la FCC descubrió cómo lo había hecho el pirata informático. Colocando su propia antena parabólica entre la torre transmisora, el pirata informático podría haber interrumpido efectivamente la señal original. Ni siquiera habría necesitado un equipo caro, sólo una buena sincronización y posicionamiento.
También pudieron localizar el lugar en el que podría haberse grabado el vídeo. Basándose en los antecedentes de los vídeos, los agentes de la FCC determinaron que lo más probable es que se tratara de la puerta enrollable de un almacén y lo rastrearon hasta un distrito en el que había almacenes con puertas como esa. Hasta la fecha no se encontró al autor de este incidente, hubo algunos acusados pero no llegó a nada más.
