A lo largo de la historia, abundan innumerables relatos que rara vez se divulgan, y uno de ellos se centra en un personaje excepcional que protagonizó sucesos en la década de 1940. Este individuo lleva por nombre Charles Rigoulot, un destacado atleta olímpico especializado en levantamiento de pesas, quien fue condenado a prisión por agredir a un miembro del partido nazi.
Lo que resulta aún más sorprendente es que logró evadir la cárcel gracias a su fortaleza física, y al recuperar su libertad, emprendió la búsqueda de aquel nazi por el que fue encarcelado, repitiendo la agresión.
¿Quién era Charles Rigoulot?
Charles Jean Rigoulot, un francés multifacético, se destacó en una variedad de disciplinas, desde el levantamiento de pesas y la lucha libre profesional hasta la actuación, la música y la competición de carreras de automóviles. A pesar de su versatilidad, lo que realmente marcó su vida fue una historia singular.
Nacido el 3 de noviembre de 1903 en Francia, Rigoulot llamó la atención desde temprana edad debido a su físico inusualmente robusto, lo que lo destacó entre sus compañeros en la escuela. Su introducción al levantamiento de pesas ocurrió cuando un entrenador lo vio levantando piedras pesadas en la calle a la edad de 16 años.
Con el tiempo, Rigoulot alcanzó un peso de 82 kilogramos y una estatura de 1.73 metros. En los Juegos Olímpicos de Verano de 1924, ganó su primera medalla de oro en la categoría de semipesados en levantamiento de pesas, desencadenando una serie de récords mundiales en la disciplina.
Ya en la década de 1920, se hizo famoso por levantar una barra de pesas de 118 kilogramos con un solo brazo, lo que lo catapultó a la fama y lo llevó a establecer numerosos récords mundiales oficiales entre 1923 y 1926.
Charles Rigoulot, un atleta versátil, batió un impresionante total de 56 récords mundiales en levantamiento de pesas, ganándose el título de «El hombre más fuerte del mundo« en 1925. Destacó al levantar las pesadas «Ruedas de Apollon» en 1930 y creó un dispositivo de entrenamiento llamado «Desafío Barbell.»
Después de su éxito como levantador de pesas, incursionó en la lucha profesional en 1932, enfrentando a luchadores destacados. Además, participó en carreras de autos, incluida la histórica Le Mans en 1937.
Rigoulot también fue un showman en circos parisinos, donde impresionaba al público con su fuerza y carisma en su espectáculo «Strongman.» Su carrera multifacética lo convirtió en una figura destacada en varios campos del deporte y el entretenimiento.
Su enfrentamiento con los nazis
Además de sus notables logros, Charles Rigoulot desempeñó un papel crucial como miembro de la Resistencia francesa durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, marcando un capítulo importante en su vida.
Se sabía que el francés tenía un gran odio hacia los nazis, cuando vio como trataban de invadir su país. Eso hizo que durante un tiempo se dedicará a golpear a algunos agentes nazis que andaba por la zona. Pero en una de esas peleas, Rigoulot fue detenido por los nazis debido a un enfrentamiento con un oficial alemán.
En prisión, se dice que utilizó su extraordinaria fuerza para doblar los barrotes de su celda. Personas de la época que igual fueron prisioneros, relatan que Charles Rigoulot utilizó su fuerza descomunal para doblar los barrotes de la celda donde se encontraban para escapar junto a las otras personas que estaban junto a él. Así otras personas encerradas también pudieron escapar. Cuando estaban lo prisioneros fuera, la mayoría huyó pero no el francés pues él tenía otros planes en su cabeza.
Este fue a buscar al nazi por el que lo encerraron y aunque tardó algunos minutos por lo grande que era el lugar donde lo encerraron, lo encontró y le repitió la dosis de golpes para que le quedara claro el error que había cometido al meterlo a la cárcel.
Aunque no existen registros históricos precisos de este evento, la historia pudo haberse transmitido de manera oral con el tiempo, contribuyendo a forjar la leyenda del «hombre más fuerte del mundo». Este deportista que dominó prácticamente todos los récords olímpicos con los que se cruzó y se convirtió en un motivo de orgullo para el pueblo francés.
Después de este episodio, Rigoulot contrajo matrimonio con la gimnasta Maga Roche y tuvo una hija llamada Dany Rigoulot, quien se destacó como campeona nacional de patinaje artístico en tres ocasiones. Los genes atléticos eran innegables en la familia. Finalmente, Rigoulot pasó a desempeñar el rol de director en una destilería francesa. Trágicamente, falleció a la edad de 58 años el 22 de agosto de 1962 debido a un ataque al corazón.