En el pasado cuando aún no existía la anestesia, los cirujanos debían de ingeniárselas para que el paciente no sintiera el dolor, la mayoría optaban por hacer la operación lo más rápido posible para que el sufrimiento no se alargará. Se llegaban hacer operaciones en menos de 5 minutos.
Este método tenía su lado positivo, ya que cuanto menos tiempo se tardaba en operar, menos probabilidades había de que el paciente se desangrara y menos dolor sentía. Sin embargo, también había una desventaja, ya que normalmente se sacrificaba la precisión en favor de la velocidad.
La historia del Dr. Robert Liston

Uno de los cirujanos más famosos por su rapidez fue el Dr. Robert Liston. Nació en 1794 en Ecclesmachan, Escocia. Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo y pronto se interesó por la anatomía. Decidió centrarse en la cirugía y pronto se ganó la reputación de ser un cirujano experto.
Conocido como «el cuchillo más rápido del West End», Robert Liston era especialmente hábil en las amputaciones rápidas. Mientras que la mayoría de los cirujanos de la época perdían uno de cada cuatro pacientes, debido a su velocidad y habilidad, Liston sólo perdía uno de cada diez.
El cirujano y autor británico Richard Gordon, un experto en la técnica de Liston, afirma que éste podía realizar una amputación de pierna en dos minutos y medio, llegando incluso a reducirla a 28 segundos.
Una cirugía con una tasa de mortalidad del 300%
Robert Liston estaba realizando una amputación de pierna a un paciente que estaba tumbado en su mesa. Al bajar el cuchillo, estaba tan concentrado en su velocidad que le arrancó los dedos a su ayudante quirúrgico junto con la pierna del paciente. Cuando volvió a subir el cuchillo, éste rozó el faldón de un espectador y se desplomó, muerto.

El paciente y el ayudante de Liston murieron después de que sus heridas se infectaran, y el espectador que se desplomó se descubrió más tarde que había muerto de miedo. Las tres muertes convirtieron la operación de Liston en la única registrada con una tasa de mortalidad del 300%. Aunque las tres muertes fueron, con mucho, las más notables de su carrera, no fue la única vez que Liston se ganó la infamia por una cirugía poco exitosa.
Otras cirugías poco exitosas
Mientras amputaba la pierna de otro paciente, batió su récord personal al terminar la operación en dos minutos y medio. Sin embargo, en aras de la rapidez, se emocionó demasiado y cortó los testículos del paciente junto con la pierna.
En una ocasión, confundió un bulto en el cuello de un niño con una placa cutánea y lo extirpó repentinamente en su casa. El bulto resultó ser un aneurisma de la arteria carótida y el niño murió.
La aparición de la anestesia
Por suerte la angustia de los pacientes desparecería tras las aparición de anestesia. Que de hecho Liston fue el primer cirujano que la utilizó y la operación fue un éxito.

A pesar de sus errores, Robert Liston siguió siendo un cirujano distinguido. Tras su muerte, sus compañeros erigieron una estatua de mármol en su honor y crearon un premio para estudiantes destacados en su nombre.